C.S. LEWIS: CONSEJOS SOBRE EL ARTE DE ESCRIBIR PARA JOVENES PRINCIPIANTES (Y NO TAN JOVENES)

Collage con fotos de John Chillingworth (Picture Post/Hulton Archive, via Getty Images).




La lectura está estrechamente ligada a la escritura, y no solo por una relación de causalidad. Normalmente, el buen escritor ha sido y es un buen lector (lo hemos visto en las entradas Las bibliotecas familiares e Infancia, poesía y libros), pero además casi todo buen lector (aunque luego no llegue a ser literato) sentirá pronto la necesidad de escribir; y si es niño, mucho más, ya que es en la infancia cuando late con una fuerza inusitada esa característica tan humana que es la necesidad de imitar, tal y como cantó Wordsworth: “como si su entera vocación fuera una imitación interminable”. 

Por ello, acompaño hoy esta breves líneas con fragmentos de algunas cartas de un escritor muy querido por mí y muy relevante en el mundo de la literatura infantil y juvenil; hablo de C. S. Lewis. Como siempre, pido disculpas por la traducción de algunas líneas de mi propia cosecha (fácilmente identificables como aquellas menos afortunadas). 

Y empiezo por una carta dirigida al crítico y estudioso James E. Higgins, experto en Lewis y en la literatura fantástica en general. Les remito a la dirección web donde encontrarán el texto de la misiva y un interesante y profundo comentario del mismo Higgins, (A letter from C. S. Lewis, The Horn Book, octubre de 1996). Yo me limito aquí a traducir una pequeña parte de la introducción y la carta misma.



Una carta de C.S. Lewis

por James E. Higgins

C.S. Lewis no se consideraba un experto en el campo de los libros para niños. En una carta dirigida a mí de fecha 31 de julio de 1962, escribió: “(…) mi conocimiento de la literatura infantil es realmente muy limitado (…). Mi experiencia se agota con Macdonald, Tolkien, E. Nesbit, y Kenneth Grahame”. Sin embargo, fue esta falta de pericia, como deseaba él llamarla, lo que le permitió traer un nuevo soplo de frescura al campo de la literatura fantástica. Desde que Paul Hazard escribiera su Libros, niños y hombres, ningún distinguido intelectual había dejado una marca tan indeleble en las páginas de la historia y la crítica de la literatura infantil. Para los niños de hoy y de mañana, Lewis ha dejado El león, la bruja y el armario y sus otros libros de Narnia, mientras que para los adultos que de alguna manera influyen en los hábitos de lectura de los niños, ha dejado no solo estos libros, sino también sus ricos comentarios críticos sobre la imaginación, la sabiduría y la integridad.

Creo que una segunda carta que recibí del profesor Lewis, en la que respondió a las preguntas que le hice en relación con la escritura para los niños, es una valiosa contribución a este legado, pues aunque algunas de sus respuestas se pueden encontrar en otros lugares, hay comentarios, en particular los relativos a sus hábitos de composición al escribir textos infantiles, que probablemente se mencionan aquí por primera vez.

Es por esta razón por la que me gustaría, primero, compartir esta carta, y luego, hacer comentarios sobre sus respuestas.

Magdalene College, Cambridge
2 de diciembre de 1962

Estimado Sr. Higgins:

 (...)

2. Los libros de Narnia no son tanto una alegoría como una suposición. “Supongamos que hay un mundo de Narnia y que, como el nuestro, necesita redención. ¿A qué tipo de encarnación y pasión podríamos suponer que Cristo se sometería allí ?”
3. Solo después de que Aslan entró en la historia –lo hizo por su cuenta; yo nunca lo llamé­– recordé al “León de Judá” de las Escrituras.
4. No, no conocí personalmente a Chesterton. Supongo que la misma afinidad que encontré en él nos ha hecho a los dos afines a Macdonald.
5. Utilicé los cuentos de hadas porque parecía la forma que demandaban ciertas ideas e imágenes que pululaban en mi mente; al igual que un hombre podría componer fugas debido a que las frases musicales que sonaban en su cabeza parecían ser “buenos temas de fuga”.
6. Cuando escribí El león no tenía en mente escribir los demás libros de la serie.
7. Se trató, sin duda, de una escritura en clave “infantil”, en la que modifiqué mis hábitos de composición. Así, (a) me impuse un límite estricto en el vocabulario; (b) excluí el amor erótico; (c) reduje los pasajes reflexivos y analíticos; (d) ello me llevó a producir capítulos de casi igual longitud para facilitar su lectura en voz alta. Todas estas restricciones me hicieron mucho bien –como al poeta al sujetarse a una métrica estricta–.
8. Sí, recibo cartas maravillosas de niños de EE UU y de otros lugares.

Le saluda atentamente, 

             C.S. Lewis


En algunas de las cartas que menciona esta misiva (dirigidas a los niños que le escribían) y en otras fuentes, Lewis dejó a algunos de sus jóvenes destinatarios varios consejos sobre el arte de la escritura que también pueden servirnos de orientación. Son los siguientes (con la cita de las cartas en las que se pueden encontrar):

1. “Apaga la radio” (hoy, obviamente, aplicable a la televisión y a internet).

2. “Lee todos los buenos libros que puedas, y evita casi todas las revistas”.

3. “Escribe (y lee) siempre con el oído, no con el ojo. Deberías escuchar cada frase que escribas como si fuera leída en voz alta o hablada. Si no suena bien, inténtalo de nuevo”.

4. “Escribe sobre lo que realmente te interesa, sean cosas reales o imaginarias, y nada más. (Observa que esto significa que si estás interesado solamente en escribir, nunca serás un escritor, ya que no tendrás nada sobre lo que escribir…).”

5. “Haz grandes esfuerzos para ser claro. Recuerda que aunque empiezas sabiendo a qué te refieres, el lector no lo sabe, y una sola palabra mal escogida le puede llevar a un malentendido total. En una historia es terriblemente fácil olvidar el no haberle dicho al lector algo que necesita saber; la imagen completa es tan clara en tu propia mente que te olvidas de que no sucede lo mismo en la del lector”.

6. “Si te rindes, no tires el trabajo hecho a la basura (a menos que sea irremediablemente malo). Ponlo en un cajón. Puede resultar muy útil más adelante. Gran parte de mi mejor trabajo, o lo que yo considero el mejor, es la re-escritura de cosas iniciadas y abandonadas años atrás”.

7. “No uses una máquina de escribir. El ruido destruirá tu sentido del ritmo, que todavía necesita años de entrenamiento”.

8. “Asegúrate de saber el significado (o los significados) de cada palabra que utilizas.”

9. “La forma en que una persona desarrolla un estilo es saber exactamente lo que quiere decir y asegurarse de que está diciendo exactamente eso. Tenemos que recordar que el lector no empieza sabiendo lo que queremos decir. Si las palabras son ambiguas, se le escapará nuestro significado. A veces pienso que la escritura es como guiar una manada de ovejas por una carretera. Si está abierta alguna puerta hacia la izquierda o la derecha, el lector, con toda seguridad, entrará por ella”.

10. “Intenta siempre utilizar el lenguaje para dejar muy claro lo que quieres decir y asegúrate de que la frase no pueda tener otro significado distinto.

11. “Elige siempre palabras claras y precisas en lugar de largas y de significado difuso. Por ejemplo, las promesas no se «cumplimentan», se «cumplen»”.

12. “Nunca uses los sustantivos abstractos cuando los concretos son suficientes. Si quieres decir que «murió más gente», no digas «ascendió la mortalidad»”.

13. “Cuando escribas, no uses adjetivos que describan simplemente el estado de ánimo que el escritor quiere provocar en el lector ante un hecho determinado. Es decir, en vez de contar que algo fue «terrorífico», descríbelo de forma que aterrorice al lector. No califiques algo de «encantador», haz que el lector después de leer la descripción exclame «¡encantador!». Mira, si utilizas palabras como horripilante, maravilloso, espantoso, exquisito es como si dijeras a tus lectores: «Por favor, hagan ustedes mi trabajo»”.

14. “Tampoco utilices palabras que excedan en mucho al tema en cuestión. No digas «infinitamente» cuando quieres decir «muy». Si no, cuando desees decir que algo es verdaderamente infinito, no te quedará ninguna palabra para expresarlo”.

15. “No debemos, por supuesto, escribir ninguna cosa que halague la lujuria, el orgullo o la ambición. Pero no todos necesitamos escribir obras patentemente morales o teológicas. De hecho, el trabajo cuyo cristianismo es latente puede hacer tanto bien y puede llegar a aquellos a los que una obra obviamente religiosa ahuyentaría. El primer propósito de una historia es ser una buena historia. Cuando Nuestro Señor hizo una rueda en el taller de carpintería, puedes estar seguro: primero y ante todo, era una buena rueda. No trates de «traer» pedazos específicamente cristianos: si Dios quiere que le sirvas de esa manera (tal vez Él no lo haga, hay diferentes vocaciones) verás que llegará por sí mismo. Si no, bueno, una buena historia que da placer inocente es una buena cosa, al igual que cocinar una buena comida nutritiva...Cualquier trabajo honesto (ya sea haciendo historias, zapatos o conejeras) puede hacerse para la gloria de Dios”.

Fuentes:
    Números del 1-8: carta de C.S. Lewis a una chica llamada Thomasine (14 de diciembre de 1959), un estudiante de séptimo grado cuyo maestro había asignado a sus alumnos la tarea de escribir a un autor famoso para recibir consejos de redacción.
    Número 9: De la última entrevista de C.S. Lewis (7 de mayo, 1963), seis meses antes de su muerte. Estaba respondiendo a una pregunta de Sherwood Wirt (1911-2001), quien preguntó: “¿Cómo sugieres que un joven escritor cristiano trate de desarrollar un estilo?”
    Números del 10-14: carta de C.S. Lewis a Joan Lancaster (26 de junio, 1956), una joven americana que le había escrito para pedirle consejo sobre la escritura y en la que Lewis da cinco consejos para escritores novatos.
     Número 15: carta de C.S. Lewis a Cynthia Donnelly (14 de agosto, 1954).

La selección –realizada por Justin Taylor–, ha sido tomada de la siguiente web: https://www.thegospelcoalition.org/blogs/justin-taylor/15-pieces-of-writing-advice-from-c-s-lewis/ 


Espero que les sea de interés y provecho.



Comentarios

  1. Buenísimos consejos. Me encanta escribir porque siempre me encantó leer. Y me vienen bien estos consejos aunque no sea ya una niña, jaja.

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  2. Una maravilla como siempre Miguel!! Gracias y mil gracias por acompañarme y acompañar a todas las familias de Mare Verum. Este blog es de lectura obligatoria para los padres de nuestro Programa de formación integral para familias homeschoolers.

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    1. Totalmente de acuerdo contigo. Recomiendo cada línea de este blog a todas las familias que conozco, especialmente si son homeschoolers. Una bendición.

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    2. Gracias a las dos. Me llena de alegría saber que, en la magnífica y maravillosa labor que estáis realizando, podáis encontrar aquí cosas de provecho.

      Un saludo cordial.

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  3. Gracias, Miguel; ¡magníficos consejos!

    Recuerdo haber leído hace años -una y otra vez- la exquisita obra de Lewis "La experiencia de leer". Allí también vierte consejos y criterios de una sutileza propia de los grandes.

    Mi abrazo a la distancia,

    J. A. F.

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    1. Gracias José. Conozco el libro –que guardo en mi biblioteca–. Era un hombre, entre otras muchas cosas, muy didáctico.

      Un abrazo.

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  4. GRACIAS! En mayúscula, no porque grite (según la interpretación de los códigos virtuales) sino por la importancia de este post y el resto que realiza con tanta generosidad en el blog.

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    1. Agradezco enormemente el comentario y la atención.

      Un saludo cordial.

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