Algunas de las innumerables novelas editadas en legua inglesa. “Escribir para niños es un arte en sí mismo, y por cierto uno de los más interesantes.” Enid Blyton. |
Voy a abordar el denominado género de libros escolares de chicas. Pero ¿a día de hoy tiene
todavía acogida entre las niñas este tipo de libros? No lo sé con certeza, pero
puedo deciros que así es en el caso de mis hijas, y no solo de ellas, por lo
que me he informado.
Por qué
esto es así es materia de sesudos estudios. Yo solo observo que les gustan y, a
un tiempo, que tales libros, al menos aquellos que pasaré a relatar a
continuación, reúnen los tres requisitos que me impuse al iniciar este blog
–alguno más que otro, es verdad–. No están mal escritos, les resultan
interesantes y trasmiten buenos valores.
Respecto a
su calidad literaria, no seré yo quien defienda un excelso carácter artístico
en estos libros; no es esa su pretensión, y es más, caracterizaría su lectura
como pequeños interludios lúdicos, no del todo inútiles: las denominadas buenas
chuches. Pequeños porque se los
leerán en un pispás, y lúdicos porque básicamente se trata de entretenimiento
puro.
En lo que
se refiere a las otras dos características, creo que podría tratarlas de forma
conjunta, pues están íntimamente relacionadas.
Las únicas
y verdaderas protagonistas son niñas. Niñas que si bien están sujetas a una
disciplina (la del Colegio), gozan de libertad para organizarse e iniciativa
para pensar por sí mismas y practicar una cierta autodisciplina. En casi todos
los relatos hay un hilo conductor: Las niñas deben aprender a encajar en la
comunidad que es la Escuela y a obedecer las reglas de esta, lo que logran
siempre. En este proceso de aprendizaje y adaptación, las directoras,
profesoras y niñas mayores actúan como modelos a seguir. Se refuerza el valor
de la amistad y la confianza, se recalca que el carácter moral es más
importante que el nacimiento, la clase social o la riqueza, que el orden y la
limpieza están por encima de la apariencia, y que la vanidad no es algo
deseable. Se evitan las menciones a los problemas típicos de la pubertad y la
adolescencia (chicos, problemas alimenticios, drogas, conductas desordenadas y
traumas psicológicos, familias desestructuradas o alternativas, etc.).
La práctica
de algún deporte es parte importante en las historias.
No hay una
única protagonista, incluso cuando el título del libro sugiere lo contrario; la
mayoría de los libros están escritos en tercera persona, y rara vez se pide al
lector que se identifique solamente con un personaje; el lector tiene
alternativas, por lo que podríamos decir que son libros corales.
El hecho de
que los principales protagonistas de los relatos sean niñas ordinarias y no
excepcionales facilita esta identificación. La comunidad de personajes es el
foco de los libros y la identidad con el Colegio es importante en el relato.
Generalmente
las historias se articulan en forma de seriales que desarrollan en varios
libros el paso de las protagonistas por los distintos cursos hasta culminar
exitosamente sus estudios, lo que refuerza el valor de la educación.
Por último,
soy consciente de que este tipo de subgénero literario ha sido objeto de una
crítica feroz a partir de la segunda mitad del siglo XX por académicos de
inspiración marxista, que siguen siendo legión, (“estos libros son claramente
un producto y reflejo del capitalismo burgués, y un instrumento más para su
eficaz perpetuación”, es la base de su argumento) y que por otro han sido
objeto de estudio admirado por parte de sesudas feministas (“permite que las
chicas sean conscientes de que para la mujer existe un futuro distinto del
matrimonio y la maternidad”, es lo que suelen sostener); por eso precisamente
me gustan, porque estoy en contra de todo lo que defienden los primeros y en
total desacuerdo en cuanto a lo que sostienen las segundas. Ni una cosa ni la
otra: diversión, entretenimiento y buenos valores; eso es lo que tienen estos
libros.
Cierto es
que las historias de la escuela tienen un papel destacado en la literatura
infantil británica, mientras que apenas se ven en otras partes. Esto puede
deberse en parte a la forma en que se desarrolló la educación en Gran Bretaña,
con las public schools y la pujanza
de los internados. Pero en todo caso, ello no afecta a su atractivo.
Algunos títulos editados en español. |
En España
viene reimprimiéndose ininterrumpidamente desde los años 50 las clásicas obras
de Blyton, Torres de Malory y Santa Clara, así como la previa en el
tiempo y más corta serie de La traviesa
Elizabeth. Poco hay que decir sobre las mismas, pues encajan como un guante
en lo ya comentado y son de sobra conocidas; Blyton escribió la primera de sus
historias de la escuela de Santa Clara en 1941 y la de Torres de Malory en
1946. A una y a otra siguieron 5 libros más. Las gemelas O'Sullivan (Santa
Clara) y Darrell Rivers (Torres de Malory), son de los personajes más
atractivos y convincentes de Blyton, y los libros que relatan sus historias son
algunos de sus mejores trabajos.
A pesar de
la creencia general de que el trabajo de Blyton iba a ser efímero, sus
historias de la escuela se han mantenido. Se han reimpreso muy recientemente en
España, con una discutible nueva imagen y un lenguaje actualizado.
Como he
dicho, Enid Blyton tiene publicado en el mercado español otra serie escolar,
previa a las ya comentadas, que tiene por protagonista a Elizabeth Allen y que se
compone de tres libros, el primero de los cuales fue publicado en 1940. Su
originalidad consiste en que el internado donde transcurre la acción es mixto
(aunque la ausencia de temas conflictivos se mantiene) y además el Colegio permite
a los alumnos cierto grado de autogobierno.
Soy
consciente de que Enid Blyton se encuentra hoy en día muy desacreditada, tanto
en lo estilístico como en lo ideológico, pero ello no afecta a mi
recomendación. Respecto a lo primero, ya he dicho que para mí estos libros
contienen puro entretenimiento en absoluto dañino para las niñas, y respecto a
lo segundo, no me encuentro muy alejado de ella, al menos en el ámbito y
contexto en que se desarrollan las historias. Por eso aconsejo estos libros,
para que sean leídos y disfrutados por niñas –eso sí, solo niñas–, de nueve en
adelante.
Una amiga mía a la que quiero mucho, que por cierto se dedica al mundo editorial, y yo solemos decir que fuimos compañeras de cuarto en Torres de Malory para explicar la complicidad que surgió entre nosotras nada más conocernos. Porque leer cuando eres niña las aventuras de los internados de Enid Blyton deja una cierta y buena huella. Como si hubieses compartido cuarto con todas las otras lectoras que lo han disfrutado igual tú. Es una chuche, pero es una buena y sana chuche.
ResponderEliminarSi académicos marxistas y feministas denuestan estas historias, suficiente razón para elegirlas :).
ResponderEliminarEl blog va adquiriendo un tono "vintage" (como se puso de moda ahora). Estaré atenta para ver si aparecen libros más 'nuevitos', pero la experiencia me va demostrando que casi nada es rescatable hoy en esa categoría de 'chuche' (¿golosina?). Creo que hay que tener muchísimo cuidado en la elección de las lecturas ligeras. La imaginación y el mundo de juegos del niño es altamente influenciable. Mi hija se puso a bordar luego de ver algo de Ana de las tejas verdes y quería probar queso de cabra luego de Heidi (eran audiovisuales, que es más impactante, pero creo que el libro funciona parecido a nivel de influencia, -siendo infinitamente preferible según mi modo de ver-). Si le ofrezco historias actuales, probablemente quiera hacer un desfile de modas, cantar pop, tener novio a los 12… esas son las historias que salen hoy para niños.
Por todo esto, agradezco el trabajo que se toma y las recomendaciones. Yo no conocía estas historias. No sé si en Argentina se editaron.
Agradezco sus palabras. Y tiene usted razón, hay que tener muchísimo cuidado en la elección de las lecturas, aunque en mi opinión ni Heidi ni Ana de las Tejas Verdes son una mala elección; todo lo contrario, por lo que probablemente tendrán un hueco en este blog.
EliminarUn cordial saludo.
Oh! Totalmente de acuerdo en que no son malos libros estos dos, todo lo contrario. Intenté ejemplificar el poder de influencia (en cosas positivas) que tuvieron. Y por eso abro más el ojo ahora cuando elijo (tengo más cuidado para no introducir cosas negativas). Y por eso, ¡muy agradecida por su trabajo! :)). Lo sigo y tomo nota de sus recomendaciones que vienen a llenar un vacío importante en este siglo XXI. Hay escasez de buena orientación en este tema. Un saludo!
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