Un cuento de hadas, Arthur Wardle (1860-1949). «El Niño es el padre del Hombre.» W. Wordsworth. |
Continuamos con la pequeña lista de
cuentos de hadas. Y para ello nada mejor que seguir acudiendo al fecundo
período victoriano, cuando entre las brumas de Britannia volvieron al presente
las leyendas del Medievo. Continuamos también con otro poeta de las islas;
decía Coleridge que fueron sus tempranas lecturas de los cuentos de hadas lo
que familiarizó su mente con la idea de la inmensidad… “No sé de nada mejor
para que el ser humano ame lo grande y lo infinito”, dijo. Espero que estos
cuentos hagan lo propio con vuestros hijos y les ayuden -como a Coleridge- a
amar “lo grande e infinito”.
La Princesa Nadie. Andrew Lang. 1884
Primeras páginas del libro ilustradas por Richard Doyle (1824-1883). |
Andrew Lang no solo fue un destacado compilador de
cuentos, sino que, además, él mismo escribió varios cuentos de hadas. Su primer
cuento fue La princesa Nadie (1884)
en el que Lang puso al servicio de las maravillosas y encantadoras
ilustraciones de Richard Doyle (que a su vez habían dado acompañamiento,
catorce años antes, a un poema de William Allingham), todo su conocimiento en
la materia, que como sabemos era mucho; el resultado fue un imaginativo y muy
apreciable texto.
El cuento es divertido, encantador y entrañable, todo
a un tiempo. Lang juega con las imágenes de Doyle, y la lectura se vuelve a las
veces contemplación y viceversa, la contemplación invita a la lectura. El
príncipe Ridículo, los elfos, las hadas acuáticas, la reina del País de las
Setas, los enanitos… todos se volverán personajes queridos para vuestros hijos.
Es un libro muy recomendable para leer en familia. A partir de los seis años.
El collar de la Princesa Fiorimonde.
Mary de Morgan. 1880
Páginas iniciales de la primera edición ilustradas por Walter Crane (1845-1915). |
Mary de Morgan escribía sus cuentos
de hadas para “deleitar e instruir” a sus lectores jóvenes. Pero este cuento
(publicado en 1880 con otros cuentos igualmente espléndidos en un volumen
traducido al castellano con el título de El
collar de la princesa Fiorimonde y otros cuentos), que es un cuento
extraño, atípico, un cuento de encantamiento donde la princesa es bruja y
carece de corazón, parece todo menos instructivo. Y sin embargo, no es así; de
su lectura se pueden sacar lecciones que van desde que no siempre la belleza
(la belleza mundana) se ha de identificar con el bien, sino que puede ser un
disfraz tras el que se esconde el mal, o que quien a hierro mata a hierro muere
(Mateo 26.52), hasta que la vanidad termina destruyendo la verdadera belleza.
La historia está deliciosamente
contada y el espíritu prerrafaelita impregna tanto la escritura como las
magníficas ilustraciones de Walter Crane (afortunadamente conservadas en la
edición en castellano). El argumento ha sido ya esbozado: había una vez una princesa
malvada llamada Fiorimonde. Con la ayuda de una bruja, utiliza la magia negra
para mantener su belleza esplendorosa. Cuando su padre le pide que se case, la
princesa, no deseando que sus pretendientes descubran su secreto, los
transforma en hermosas cuentas encadenadas en un collar encantado. Su criada
Yolanda, y Gervasio, amigo de uno de los pretendientes, descubren la verdadera
naturaleza de la princesa y deciden liberar a los pretendientes de su
maldición.
Mary de Morgan tenía muchos sobrinos
a los que contaba preciosos relatos de hadas y duendes. Entre los afortunados
que la escucharon, se encontraban, además de sus sobrinos, los hijos de Burne-Jones
y William Morris, así como Rudyard Kipling y su hermana Alice.
El collar de la princesa Fiorimonde contiene la mejor y más profundamente sentida prosa
de la autora. Lo recomiendo a partir de los diez años.
Portadas de los dos libros de cuentos de Wilde ilustradas por Jessie M. King (1915) y Walter Crane (1888). |
Oscar Wilde escribió dos volúmenes
de cuentos, El príncipe feliz y otros
cuentos (1888) y Una casa de granadas
(1891). El primero de ellos fue escrito, según una carta de 1888, “en parte
para los niños y en parte para los que han mantenido de adultos las facultades
infantiles de la maravilla y la alegría”. En realidad parece que el origen de
los cuentos fue el deseo de Wilde de contar historias maravillosas a sus dos
hijos, lo que él sentía como un deber de cada padre. La segunda entrega de
cuentos parece más taciturna y pesimista, y por tanto menos apropiada para la
infancia, aunque pueden ser leídos por niños de doce años en adelante.
El ruiseñor y la rosa y El gigante egoísta
son los favoritos de mis hijas. A diferencia de los cuentos clásicos -que
suelen contener un desenlace feliz-, estos cuentos de Wilde tienen un toque de
amargor, unas gotas de tristeza, unas gotas de nostalgia, que, no obstante, les
da un sabor aún más hermoso.
Ilustración de Walter Crane para el cuento El ruiseñor y la rosa. |
En El gigante egoísta vemos el trasfondo cristiano más claramente; el mismísimo Niño Jesús está presente, es uno de los personajes y no pasa inadvertido a los niños. El cuento relata la historia de una conversión, de cómo el encuentro con Jesucristo puede transformarnos, de cómo el egoísmo puede trocarse en amor y cómo, cuando esto es así, todo lo demás sobra, todo está consumado, pues el deseo de estar en Su presencia lo eclipsa todo, hace que todo aquello que nos llenaba en esta vida sea insuficiente y que el único deseo sea verle a Él para amarle eternamente, como le aconteció al gigante.
Espero que vuestros hijos disfruten
con estos preciosos cuentos.
El gigante egoísta es el cuento más evangélico que conozco. Lo he leído mil veces y todavía no he conseguido hacerlo sin que se me humedezcan los ojos.
ResponderEliminarSeguramente el Señor lo habrá tenido en cuenta, no tengo ninguna duda sobre eso.
Maravillosos esos cuentos.
Pobre de mí que no he leído el gigante egoísta! Aquí tengo las obras completas de Wilde, de modo que mañana lo empiezo con mis hijos. Gracias.
ResponderEliminarJ.A.F.
A mí me parece maravilloso...poder leerlo por primera vez, José.
Eliminar¡Buenas tardes!!! Desde Argentina te envío un saludo grande lleno de nuestro agradecimiento por esta iniciativa que nos ha renovado esperanzas y nos ha dado mucha alegría por saber que hay otros padres y madres en el mundo que se interesan para que sus hijos crezcan rodeados de belleza, bien y bondad...
ResponderEliminarSoy madre de cinco chicos (dos varones y tres niñas) a quienes intento cada día transmitir mi pasión por las buenas y bellas lecturas.
Ahora va una consulta: mi hermana viajará próximamente a España... ¿Podrías informarme qué libros ( de éstos que has comentado) y ediciones se consiguen actualmente?...Así le encargo alguno.
Ahhh!! "El gigante egoísta" es mi cuento favorito desde que era muy pequeña... ¡Me trae tantos recuerdos hermosos!!
Gracias otra vez por el esmero puesto de manifiesto en estas publicaciones. ¡¡Saludos!!
Marisol (y flia)
Muchas gracias por las amables palabras. Para mí es suficiente recompensa saber que lo que hago puede ser útíl a alguien.
EliminarEn lo que respecta a las ediciones y editoriales, la mayoría de los libros que he comentado se encuentran en el mercado editorial español sin dificultad; incluso algunos títulos están editados por más de una editorial. Es cierto sin embargo que algunos libros han de ser buscados en mercados de segunda mano, pero hoy en día a través de internet resulta relativamente sencillo localizar los libros buscados. Lo que si quiero resaltar es que, en mi opinión, en el libro infantil adquiere mucha relevancia la ilustración y por ello me permito recomendar que, si es posible, se opte por ediciones que contengan ilustraciones de calidad (he recomendado algunas), pues esta es también una forma de complementar su educación y gusto estético y artístico.
Un saludo cordial.