LOS LIBROS DE CUENTOS DE HADAS DE COLORES DE ANDREW LANG

Los doce libros de la serie en su primera edición.




«Por lo pronto, (los cuentos de hadas) son ahora antiguos y la antigüedad tiene un atractivo intrínseco».
J.R.R. Tolkien. On Fairy Stories.



¡Ah, los cuentos antiguos! los cuentos populares de siempre; esos que se contaban a la luz de la lumbre en lo más crudo del invierno… ciertamente tienen algo, un algo muy especial. Como señala Tolkien, lo antiguo es fascinante, contiene en su interior una encanto que, no obstante el progresismo imperante hoy en día, aún se mantiene vigente.

Y es que las hadas son tan antiguas como los cuentos, por lo menos, sino más…

Esta corta introducción me sirve de pretexto para hablar de la que quizá sea la mayor recopilación de este tipo de cuentos e historias realizada nunca. Me refiero a los 12 libros que bajo el título Libros de los cuentos de Hadas reunió para los niños, en una exhaustiva labor de estudio e investigación enciclopédica, el polígrafo (poeta, escritor y crítico) británico Andrew Lang entre 1889 y 1910.

Curiosamente la intención de Lang fue luchar contra el criterio imperante en su tiempo al respecto de la educación estética de los niños, que mantenía que las historias tradicionales, plenas de irrealidad, brutalidad y escapismo (se decía), eran perjudiciales para los jóvenes lectores y estaban reservadas para una edad más madura. Lo cierto es que la serie se convirtió en poco tiempo en un clásico de gran influencia y ayudó a popularizar la lectura de estas historias en los hogares y en las escuelas.

Ilustración del "Libro de Cuentos de Hadas Carmesí". Henry Justice Ford (1860-1941).

Los libros tienen una característica que llama la atención de los niños, y es que se identifican por colores. Así nos encontramos, de entrada, con el Libro azul de los Cuentos de Hadas, y recorriendo la escala cromática llegamos al rojo, el anaranjado, el carmesí, el verde, el oliva, el violeta, el lila, el rosa, el amarillo, el marrón y finalmente el gris. En España solo se han editado algunos de ellos (concretamente el azul, el rojo, el verde, el lila, el carmesí, el rosa, el amarillo y el gris), lo que desde luego no está mal. Lo que ocurre es que algunos (y algunas, como mis hijas y las hijas de otros que yo me sé), somos insaciables; a ver si un día se publican todos.

El contenido de los libros es poliédrico: todos responden a la idea madre de los cuentos de hadas, pero cada volumen reúne un crisol de historias de los más variados orígenes y culturas. Si bien abundan los relatos de raíz occidental clásica (Lang recogió historias de Perrault, los Grimm y Andersen), también encontramos historias nórdicas, eslavas, y hasta árabes, persas y chinas (en total 798 historias y 153 poemas); vamos, un pozo sin fondo que hará las delicias de todo amante de la fantasía y no solo de los niños.

Contadas de nuevo por Lang, estas narraciones evocan un mundo medieval de príncipes y princesas, leñadores y cazadores, caballeros y damiselas, reyes y criados, campesinos y costureras; sin olvidarnos de magos y brujas, duendes, hadas, ogros y dragones, todos los cuales juegan y danzan entre bosques y palacios y evocan tiempos idílicos, ya perdidos.

“Había una vez un pescador al que llamaban Salmón, aunque su verdadero nombre era Matte. Vivía en la orilla del ancho mar ¿dónde iba a vivir si no? Tenía una esposa llamada Maie ¿podía tener un nombre mejor? En invierno vivían en una casita junto a la costa, pero al inicio de la primavera se trasladaban a una roca roja que estaba en el medio del mar y pasaban allí todo el verano hasta finales del otoño”.

“El regalo del rey del mar”, recogido en “El libro Lila de los Cuentos de Hadas”.

¿No es fantástico?

Los libros están maravillosamente ilustrados por Henry J. Ford (afortunadamente las ediciones españolas han mantenido estas ilustraciones), lo que unido a la temática de la colección, le da al conjunto un aire prerrafaelita, que a mí personalmente me resulta muy atractivo.

Ilustración del "Libro de Cuentos de Hadas Violeta". Henry Justice Ford (1860-1941).

Mis hijas han disfrutado y siguen disfrutando enormemente con este tipo de relatos, saltando de arriba a abajo por los libros en busca de la historia que –según les sugiera el título–, les resulta apetecible en ese momento; levanto la vista mientras escribo y veo que mi hija pequeña está enfrascada en la lectura de nuestra última adquisición: “El libro gris de los cuentos de hadas”. Esta es una ventaja de las recopilaciones de cuentos, que pueden ser leídos del fin al principio y del principio la fin, de arriba a abajo y de abajo a arriba, del derecho y del revés y hacia delante o hacia atrás.

Sinceramente, creo que se trata de unos libros que gustarán mucho a vuestros hijos, a quienes podréis ofrecérselos a partir de los nueve años.

Como versó Lang en el prefacio de uno de sus libros de colores:

Libros amarillo, rojo, verde y azul, 
Todos verdaderos, o tan buenos como verdaderos, 
¡Y aquí está el Libro Amarillo para tí!

Duro es el camino de la A a la Z, 
Y desconcertante, además, para una cabeza rizada, 
sin embargo, conduce a los Libros verde, azul y rojo.

Cada niño debe entender 
que la enseñanza de las primeras letras fue planeada 
para guiarnos en la Tierra de Hadas.

Así que trabajen en su alfabeto, 
porque con ese aprendizaje llegarán a las tierras
donde las hadas pueden ser encontradas.

Y yendo a donde por esta vía se va, 
tu también, por fin, las podrá encontrar, ¿quién sabe? 

Comentarios

  1. Gracias Miguel por llevar adelante tan hermoso blog.Estaremos siempre esperando cada nueva publicación.Mi mas cordial saludo.
    Pablo

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  2. ¡ Enhorabuena por su blog, don Miguel !!!!!
    http://mividaenelaula.blogspot.com.es/

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    Respuestas
    1. Gracias Fray Cesareo. Agradezco su deferencia y le aseguro seguiré su blog con atención.

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  3. Lolita y yo hemos leído esta entrada por la mañana en el jardín mientas tomábamos el biberón. Nos encanta la historia de la pequeña Rosa Silvestre, con su cabello largo y maravilloso. Hasta el punto de que ha visto de reojo y por descuido en la pantalla la ilustración de Ford...y el biberón ha pasado a la historia.

    Preciosos estos libros de Lang.

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