PRIMERAS RIMAS Y CANCIONES

La luz del hogar de Harry Herman Roseland (1866-1950)



«Cada palabra fue una vez un poema».

Ralph Waldo Emerson



Seguramente, la primera sensación que perciba el niño recién concebido sea rítmica, musical; no otra cosa puede ser el ir y venir del corazón materno, rumoroso y suave como el tamborileo de las gotas de lluvia que caen sobre el ventanal en la mañana; no otra cosa será el fluir de la sangre y el líquido amniótico, como torrentes cristalinos, pero más apacibles, más calmos. No puede decirse entonces que el niño nazca ajeno a lo que es rima y música, a lo que es poesía.

De esta forma, sin pausa, esos ritmos son sucedidos por otros, las nanas, los arrullos, acompasados ellos al ritmo primigenio del corazón materno y la voz, la voz argentina de la madre. El son y la palabra pausada dan al niño la poesía que necesita, en dulce transición a un nuevo mundo, pero ¿hacia dónde? porque tras ese dulce comienzo cesamos bruscamente en su alimento poético. Dejamos de cantarle, dejamos de arrullarle, dejamos de recitarle rimas, versos y canciones.

No debemos hacerlo, así que no lo hagamos. Leámosles poemas, cantémosles canciones, recitémosles rimas, adivinanzas y juegos de palabras.

Hagamos su vida más poética.

Bien, pero ¿cómo empezar? O más bien, ¿cómo continuar?

Los libros de rimas infantiles son un buen principio. La tradición nos los ha dado, avalados por nuestros padres, nuestros abuelos y los abuelos de nuestros abuelos. No pueden equivocarse tantos hombres y tan queridos.

Así que leamos esos libros que recogen esas rimas, esos versos, esas canciones de siempre que, como algún estudioso ha dicho, son «poesía infantil que el niño hereda y repite». Todos recordamos Cinco lobitos tiene la loba…, Antón, Antón, Antón pirulero…, un gato cayó en el pozo…, Aserrín, aserrán…, Al paso, al trote, al galope… etc.

Rueda alrededor de Rosie de Edward Henry Potthast (1857–1927).

Algunas de estas rimas y canciones incluso pasaban de niños a niños, de los mayores a los pequeños, como las canciones de corros o las que acompañaban a los juegos. Muchas de ellas simples sonsonetes sin sentido, meros juegos fónicos y rítmicos: Una, dola, tela, catola…, o acompañadas de cambio de vocales como Cuando Fernando VII, o unidas a juegos de palmas, al igual que En la calle 24, o meras repeticiones de palabras. ¡Oh, la magia que la repetición es para los niños! Y aquí voy a hacer un interludio, porque lo merece, y sí, es otra cita de Chesterton, pero es que es tan bonita… Decía Chesterton a propósito de esta fascinación:

«Un niño se pasa horas saltando, a causa de un desborde y no de una carencia de vida. Porque a los muchachos lo que les está sobrando es la vida; porque sus ánimos son libres y audaces y por eso necesitan repetir siempre los mismos actos. Constantemente están gritando: “¡Qué lo haga otra vez! Hazlo otra vez”. Y las personas mayores tienen que seguir insistiendo hasta que se mueren de cansancio. Porque las personas mayores no son suficientemente fuertes para regocijarse con la monotonía. Pero tal vez Dios sea bastante fuerte para regocijarse en ella. Es posible que Dios le vuelva a decir al sol cada mañana: “¡Qué lo haga otra vez!”, y cada noche diga a la luna: “¡Qué lo haga otra vez!”. Si todas las margaritas son semejantes, no hay por qué atribuirlo a una necesidad mecánica. Dios crea cada margarita separadamente, pero nunca se cansa de crearlas. Puede que Él tenga el apetito eterno de la infancia. Porque nosotros hemos pecado y envejecimos, pero nuestro Padre es más joven que nosotros.»

«Nuestro Padre es más joven que nosotros», maravilloso, ¿no?

Pues bien, así lo hicimos en casa con nuestras hijas cuando eran pequeñitas, les leímos rimas, coplillas, villancicos y canciones; no sé si fue útil, pero sé que fue bueno. Y además los niños disfrutan y aprenden. Las mías lo hicieron y con ellas, nosotros. Usamos un libro muy querido, un regalo familiar que recomiendo, se trata de Pinto, pinto gorgorito de Raquel Calvo Cantero y Raquel Pérez Fariñas, Ediciones Sammer.

Como bailamos alrededor de Andre Edouard Marty (1882-1974). 

Las recuerdo cantando:

«Pito, pito
gorgoColorito
¿Donde vasDónde vas tú tan bonito?
A la era verdadera
Pim, pum, ¡fuera

Pin pam fuera.
Y las recuerdo cantándoles:

«Pimpollo de canela
Lirio en capullo
Duérmete niña hermosa
Mientras te arrullo…»

En todo caso hay otros libros que afortunadamente recogen estos pequeños poemas, coplillas y canciones infantiles tradicionales. Por ejemplo, Carmen Bravo Villasante escribió varios (Al corro de la patata, Pito, pito, colorito: folkclore infantil o Colorin, colorete).

Hagámoslo todos; recitemos y cantemos a nuestros hijos nuestras rimas y canciones de siempre.


Comentarios

  1. Chestertoniano Español31 de enero de 2017, 11:47

    Hola, me encanta el blog y me da muy buenas ideas para mis hijos. Me enfrento a la tarea de transmitir una tradición que no me fue transmitida y al menos con las cosas propiamente de fe hay mucho en lo que apoyarse, pero para el elemento puramente humano... mi escasa memoria de la infancia y poco mas. Acerca de rimas infantiles, donde puedo encontrar buenas colecciones tradicionales? Tengo colecciones de rimas infantiles.. ¡en ingles! pero en español no.

    Muchas gracias por el esfuerzo y enhorabuena por el blog.

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    1. Chesternoniano Español, agradecido y contento de que le agrade y sea útil el blog; con mucho gusto le indico alguno de los varios que pueden encontrarse: PINTO, PINTO, GORGORITO (Infantil Amarilla 6 Años de Santillana) de Pedro Cerrillo Torremocha, PITO,PITO,COLORITO (folklore Infantil de José Olañeta Editor) de Carmen Bravo-Villasante y la señalada PINTO, PINTO GORGORITO de Raquel Calvo Cantero y Raquel Pérez Fariñas, Ediciones Sammer. También pueden encontrarse en librerías de viejo UNA, DOLA, TELA, CATOLA (Miñon SA, 1984) y AL CORRO DE LA PATATA (de Escuela Española, S.A.,1984) ambos de Carmen Bravo-Villasante.

      Un saludo cordial

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    2. Chestertoniano español1 de febrero de 2017, 9:43

      Gracias. Vamos a buscarlos.

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  2. Buenas, Miguel. A mí también me da muchas buenas ideas.
    Yo estoy como el ch. español: me transmitieron una fe auténtica, pero tal vez con poco de poesía. Y ahora uno tiene que hacerse camino con los hijos...
    Quizás sirva compartir mi escasa experiencia: en primer lugar, ha sido muy bueno sustraerlos del televisor, computadora y cuánta baratija tecnológica se proponga. Me parece que eso los dispone bien... Allí aprenden a escuchar y gustar del silencio, comienzo imprescindible de toda melodía. Allí está la música en su posibilidad infinita -decía Marechal- y los niños no podrán aprehenderla en el bullicio y la disonancia. Si nuestros hijos comienzan a detenerse en la tonalidad de los árboles o el canto de los pájaros, habremos ganado una pequeña batalla, no?
    En segundo lugar, me ha pasado algo curioso. Resulta que mis niños son pequeños (6, 4 y 2) y, sin embargo, son capaces -por momentos breves, claro- de escuchar con agrado poemas que no comprenden. No importa si es Bécquer o Góngora, Miguel Hernández o los Machado, Rubén Darío o el Martín Fierro. No les importa entender, sino detenerse frente a un ritmo que los encanta secretamente, y en el secreto les va educando el corazón. Qué se yo; quizás una respuesta esté en esas palabras poéticas de Miguel al inicio de esta entrada.

    Saludos y gracias,

    José.-

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  3. Buenas tardes José:

    A la primera he de decirle que la razón está con usted, pero que hoy en día llevarlo a cabo es una labor difícil; supongo que sabría usted que Senior era de su opinión (no se si le dio tiempo a pronunciarse sobre internet ya que falleció a finales de los 90, pero imagino lo que habría dicho).
    A la segunda, creo que es una fortuna que sea así, en parte quizás por esa naturaleza poética con la que nacen los niños, en parte por sus desvelos (como el referido a la televisión y otras distracciones) ¡Y vaya si es una suerte! decía al respecto John Jay Chapman que "todo el futuro de la civilización depende de lo que se lee a los niños antes de que sepan leer por sí mismos" y yo estoy muy de acuerdo.

    Saludos.

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  4. Estimado Miguel, qué gran aporte el suyo con este blog! MIs más sinceras felicitaciones.
    Le dejo unos links de youtube de unas charlas de un profesor amigo que me parece va muy en línea con lo que Ud. plantea aquí y sobre todo en otras entradas anteriores. Fue una charla entre amigos titulada "Mitos y cuentos de hadas":
    https://www.youtube.com/watch?v=KwN2OfhtmDw
    https://www.youtube.com/watch?v=G8XqMe1ip2I

    Un cordial saludo,
    CM

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    1. Muy interesantes las conferencias. Felicite de mi parte al Dr. Brandi.

      Muchas gracias y un cordial saludo.

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  5. Miguel:
    No es vana la tarea que propone y lo digo por experiencia. Diez hijos y cuatro -si es que hoy no nace la quinta- nietos son mi "campo de ensayo" y puedo afirmar que los resultados demuestran que, por difícil o anacrónico que parezca, el sedimento que deja en las personalidades no se borra.
    Así fuimos formados en nuestra propia casa donde refranes, retruécanos, cuentos, fábulas y poemas criollos, españoles y hasta ingleses eran algo cotidiano que ya venía de generaciones anteriores.
    Hoy resultan casi curiosidades de museo para muchos contemporáneos.
    Siempre he creído que si un chico puede aprender a los tres o cuatro años cualquier mala rima o pobre melodía es capaz de hacerlo con unos compases de la Pequeña Serenata Nocturna o con aquello de "Esta fablilla salga bien o mal.."; y, ni qué decir de "Ángel de mi guarda..." o "Jesusito de mi vida".
    Qué partiendo de allí podrá llegarse al encanto de los verdaderos autores que no se encontrarán sino en nuestras bibliotecas edificadas con buenos libros heredados, detectados en librerías de viejo, regalados por amigos y aconsejados por personas sabias que no figuran en ningún repertorio escolar.

    Rara avis bonariensis

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    1. Agradezco su atención y sus palabras y me congratulo con su ejemplo y con su testimonio, que reconforta, de verdad. Que la labor es y será difícil no me es ajeno, que puede dar sus frutos me da fuerzas.

      ¡Ah! y espero que celebre pronto -si no es hoy-, el feliz acontecimiento.

      Un saludo cordial.

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  6. Si se me permite la información: aquí en Argentina, podría comenzarse con el viejo "350 poesías para niños" de Biblioteca Billiken. Suelen ser poemas bastantes sencillos, de buenos poetas como Lugones (actualmente reeditado como"250 poesías..." el cual no conozco). Euge

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    1. No conozco el libro, pero si la colección –de las de antes, especialmente pensada para los niños-, y por lo que usted dice parece muy adecuado.

      Un saludo.

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  7. Gracias Miguel!!! Seguí adelante!!
    Agradezco a Euge que recomienda "350 poesías para niños" de Biblioteca Billiken para los que vivimos en Argentina. Lo busqué en la web (yo ya lo descargué) y lo encontré en pdf para aquellos que quieran mirarlo y luego comprarlo en formato papel.
    Aquí el link:http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/libros/00076947/00076947.pdf

    Saludos

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