Al leer en voz alta en el salón, de noche, óleo de Knut Ekwall (1843-1912). |
“Los niños se hacen lectores en los regazos de sus padres”.
Emily Buchwald
Emily Buchwald
Ya he hablado en varias ocasiones de los enormes beneficios que proporciona a los niños la lectura en voz alta.
No solo constituye un acontecimiento familiar de primer orden que puede hacer participar a todos los miembros de la familia en una comunión cariñosa y entrañable, afianzando y reforzando los lazos familiares, sino que sus beneficios se pueden extender más allá de la primera infancia.
Sé que no es costumbre leer en familia con hijos que sobrepasen la decena de años y quizá hoy menos que nunca, con esas ínfulas de madurez que se ven forzados a adoptar los chicos presionados por el mundo que les ha tocado vivir. Lo sé. Pero no me resisto a tratar de impulsar tal hábito, tradicional y beneficioso como pocos. La lectura en voz alta en las noches era un pilar básico en la arquitectura de las familias mucho antes de que radios, televisores y ordenadores portátiles aparecieran en escena y distorsionaran el haz de relaciones que, de manera natural, una convivencia familiar sana debe de llevar consigo. Y solo porque alguien lea perfectamente bien no quiere decir que no pueda disfrutar y beneficiarse al escuchar la lectura de una gran historia, especialmente a través de la voz y con la compañía de las personas a las que ama.
Además, todos los beneficios que la lectura en alta voz supone para los más chicos, ya comentados (Construyendo un hábito (I): la lectura en voz alta), son extensibles, con diferencias de grado y profundidad, a los más grandes: (i) sirve como modelo de lectura fluida (el uso de las pausas, de los tonos, en suma, el aprendizaje de lo que tradicionalmente se conocía como declamación), (ii) facilita la ampliación del vocabulario (las conversaciones, lo queramos o no, suponen una mera taquigrafía verbal, con un léxico pobre, frases sencillas y ausencia de construcciones gramaticales o lógicas complejas. Pero el lenguaje en los libros es muy rico y sofisticado, y cuanto mejores sean estos más calidad, profundidad y riqueza habrá en ellos), (iii) puede ser utilizada como gancho para un nuevo autor o un determinado tipo de libros que, a veces por razones desconocidas, son rechazados o no considerados por los chicos como una opción de lectura (despierta su apetito por leer), (iv) es causa de una mejora de la concentración, (v) potencia la imaginación, (vi) ayuda a la transición de los libros ilustrados a los libros sin ilustraciones y, finalmente, (vii) facilita las conversaciones entre padres e hijos y por tanto su nivel de comunicación, lo que puede resultar de enorme importancia a esas edades.
Por otro lado, nada impide que ellos participen en la lectura familiar, es más, resultará conveniente y beneficioso que lo hagan, pues se sentirán partícipes activos y mejorarán su dicción y declamación.
Leyendo en voz alta, pintura de Albert Joseph Moore (1841-1893). |
Pero es que, además, en el fondo los chicos lo desean. Una encuesta reciente, realizada en los E.E.U.U. (creo que se puede extrapolar a otros países occidentales), mostró que solo el 17% de los padres de los niños de 9-11 años de edad leen en voz alta a sus hijos. Sin embargo, el 83% de los niños de 6-17 años de edad dijeron que les gustaría mucho que sus padres les leyeran algo.
En casa tratamos de hacerlo así, y aunque nuestras hijas tienen ya 12 y 14 años, estas audiciones familiares les siguen gustando. Y en Navidad se da, además, la ocasión propicia para su puesta en práctica ¿cómo? Pues leyendo villancicos y poemas, que los hay y muy hermosos.
Y aquí quiero hacer un breve interludio para señalar que, en la lectura en voz alta, la de la poesía tiene reservado el puesto de honor. No solo porque, como nos recordaba Samuel Coleridge, la poesía son “las mejores palabras en el mejor orden”, sino porque, como sabemos, la poesía es en igual medida música y nuestra forma natural y orgánica de hacer música es a través de la voz. Por ello, la entonación, el acento y el ritmo son cruciales para la correcta lectura de un poema, pero solo son susceptibles de aprendizaje a través de su declamación. Como ha dicho un crítico “podemos enseñar a los chicos una correcta lectura de la poesía haciéndoles prestar mucha atención a la puntuación del poeta, evitando caer en un ritmo infantil inapropiado, enunciando cuidadosamente las palabras y enfatizando el significado del poema mediante el uso de inflexiones naturales y no artificiales. Leer con naturalidad y recordar no detenerse al final de una línea, a menos que la puntuación lo exija, son las sugerencias más útiles que podemos dar a los lectores de poesía”. Y, como en casi todo, la práctica será la clave.
Como dejó dicho el gran historiador cultural Robert Darnton, numerosas grandes obras literarias del pasado fueron hechas para ser “mejor escuchadas que vistas”(y cuanto más antiguas más grande es esa verdad), pero ningún género responde sin excepciones a dicha regla como la poesía.
Así que les invito a ustedes a hacer lo mismo y, por si no tienen material a mano (que seguro que sí), les acompaño una pequeña selección que he realizado para consumo domestico (Poemas para Navidad).
Solo puedo desearles qué disfruten y se aprovechen todos, padres e hijos, de esta maravillosa costumbre.
Ya llevamos varios libros leídos en voz alta en casa a Dios gracias. Algunos los tenemos que leer nosotros, por turnos, otros en cambio los hemos escuchado en audiolibros. Hay gente que lee muy bien y ha tenido la caridad de poner su talento a disposición en internet. Es dificil a veces por la edad de los hijos. Somos 8 en casa y a veces tenemos que esperar que se duerman los dos mas chicos que no tienen menos de 3 años. Pero después que han conciliado el sueño, y si queda algo de pólvora en el caño de las fuerzas leemos un rato. Mis hijos lo disfrutan mucho.
ResponderEliminarAhora particularmente estamos con LOS CIPRESES CREEN EN DIOS, de Gironilla. Yo ya he leído otro libro posterior del autor donde se explaya en sus ideas. Así que es una lectura con un poco de explicación entremezclada. Vemos en este libro la evolución o las consecuencias del pecado mortal en la psiquis e ideas de su autor. Es apasionante. Sobretodo por el talento de Gironilla.
Un poco nos desilusionamos con los rumbos que toma el autor en su carrera pero nos atrapa el talento que posee.
HOMESCHOOL ARG.
Hacen ustedes muy bien. Sin duda sus hijos lo agradecerán.
EliminarLe deseo a usted y su familia una Feliz Navidad.
Qué justo! Hace tres noches que empecé a leerles a mis hijos antes de dormir un libro (las crónicas de Narnia). No entienden mucho xq son chiquitos aún (la mayor aún no cumple los 4 años), pero ya les gusta.
ResponderEliminarY hoy a la mañana pensaba en un beneficio para mí (que agregaría al listado de esta entrada): la lectura lenta, pausada (obligada), me hizo adentrarme más, sumergirme en el cuento como cuando yo era chico (algo que había perdido, un poco porque uno crece y ve las cosas de otro modo, analiza sin llegar a disfrutar; y mucho porque cuando releía algun libro de esos, se me acababa en dos patadas. Uno lee más rápido).
Muy buena entrada. Gracias.
Alfonso Jesús Vivar
Lo que usted dice, Alfonso, es una gran verdad. El beneficio no es solo para los chicos.
EliminarLes deseo una feliz Navidad.
Siempre me ha conmovido este poema que dicho sea de paso, emocionaba a mi padre cuando lo leía en voz alta.
ResponderEliminarLuis Rosales. “Retablo de Navidad”
-¿La mula?
-Señor, la mula
está cansada y se duerme,
ya no puede dar al niño
un aliento que no tiene.
-¿La paja?
-Señor, la paja
bajo su cuerpo se extiende
como una pequeña cruz
dorada pero doliente.
-¿La Virgen?
-Señor, la Virgen
sigue llorando.
-¿La nieve?
-Sigue cayendo; hace frío
entre la mula y el buey.
-¿Y el niño?
-Señor, el niño
ya empieza a mortalecerse
y está temblando en la cuna
como el junco en la corriente.
-Todo está bien.
-Señor, pero…
-Todo está bien.
Lentamente
el ángel plegó sus alas
Y volvió junto al pesebre.
(Y ya ne tocado a mi leerles a mis hijos y ahora, de tanto en tanto a mis nietos)
Desde ya: Feliz Navidad.
El poema es muy hermoso ( no lo conocía, gracias por compartirlo).
EliminarLa relación de que usted habla, ésa conexión entre generaciones, es otro de los beneficios. Se construye poco a poco una tradición muy personal y bella.
Les deseo una feliz Navidad.
Muy buenas noches, Don Miguel. Decirle que ha sido y es práctica habitual en mi casa leer en voz alta a los niños, de alguna manera lo leído adquiere la profundidad añadida del amor del lector (los padres) hacia los oyentes (los hijos). Por cierto, el enlace que nos pone en la entrada me parece una joya; joya que paso a guardar para la lectura en familia. Muchas gracias.
ResponderEliminarAprovecho para comentarle aquí que el post anterior es bellísimo. Muy bueno.
¡Feliz Navidad para toda su familia, Don Miguel!
Echaba de menos sus comentarios, Jordi. Me alegro de poder escucharle de nuevo (y se que no soy el único). Eso que dice del amor es muy cierto. Hay una frase de San Agustín que trata de ello: “lo que hayas amado quedará, el resto sólo serán cenizas”.
EliminarFeliz Navidad para ustede y su familia.
Muchísimas gracias, Don Miguel, por esa preciosa selección de poemas para Navidad que usted ha tenido la bondad de compartir con nosotros. Espero que no sea mucha molestia preguntarle si usted y su familia tienen también una selección de villancicos a los que suelen volver en estas épocas. En lo que a mí respecta, me parecen bellísimas algunas piezas del Cancionero de Uppsala, en especial "Verbo caro factum est", "Dadme albricias", "Un niño nos es nascido" y "Yo me soy la morenica".
ResponderEliminar¡Feliz Navidad!
Gracias a usted, tomamos nota y agradecemos su generosidad.
EliminarFeliz Navidad para usted y su familia.
"No solo porque, como nos recordaba Samuel Coleridge, la poesía son “las mejores palabras en el mejor orden”, sino porque, como sabemos, la poesía es en igual medida música y nuestra forma natural y orgánica de hacer música es a través de la voz. Por ello, la entonación, el acento y el ritmo son cruciales para la correcta lectura de un poema, pero solo son susceptibles de aprendizaje a través de su declamación."
ResponderEliminarMuy cierto; quizá la voz estremecida de Pound declamando su célebre canto "Con usura" sea un descarnado ejemplo:
https://www.youtube.com/watch?v=jI23ULQvphU
Muchas gracias como siempre, por su fidelidad y su acierto.
EliminarFeliz Navidad para usted y su familia.
Yo empecé a leer en voz alta hace dieciocho años cuando nació mi mayor. Ha sido una constante diaria desde entonces y todavía a veces están los cinco pendientes de la lectura o relectura. Para mí ha sido una bendición increíble, haber compartido tantas aventuras con ellos y lo que me queda, si Dios me da salud. Les he leído libros que de otra manera quizá nunca hubiesen leído por su cuenta, han adquirido una cultura y un vocabulario increíble de una manera natural. Son tantos los beneficios que podría pasarme una vida hablando de la lectura en voz alta y no hay que olvidar los que nos proporciona a los padres.
ResponderEliminarEntiendo que el ritmo de la vida moderna es bastante incompatible con los tiempos relajados que precisa la lectura pero ojalá cada vez haya más padres que no dejen de leer a sus niños una vez se han convertido en lectores.
Doy fe de que es posible seguir compartiendo buenos libros con hijos mayores (18,15,13,11 y 4). A nosotros nos funciona bien que mientras yo les leo ellos hacen manualidades, dibujan, juegan con los cubos de rubik, hacen caligrafía. Les aviso: ¡chicos en cinco minutos, leo! Y ellos se van preparando. A veces también aprovechan para comer ja,ja,ja.
Gracias por la selección de poemas navideños.
Muchísimas gracias por compartir con todos esa bonita experiencia: inspira y reconforta, al tiempo que alimenta la esperanza de muchos de nosotros; porque aquello de lo que tratamos aquí es una misión dura y llena de incomprensión (a veces por parte de nuestros propios hijos). Por eso cosas como las que cuenta usted nos llenan de alegría y nos dan confianza.
EliminarUn saludo cordial.
Leí este artículo y me acordé de esta entrada: https://lithub.com/the-miraculous-power-of-reading-aloud/
ResponderEliminarMuchas gracias por acordarse. Es una referencia interesante; no conocía ni a la autora ni al libro. Me gusta, sobre el final del artículo que dice, más o menos, así:
ResponderEliminar"Dondequiera que los jóvenes crezcan, merecen saber qué es lo que se hizo para crear su mundo. Tienen derecho a disfrutar libremente de la riqueza que les han legado la historia y la cultura. Al leer en voz alta, podemos ayudar a que eso suceda”.
Muchas gracias otra vez y un saludo cordial.
Miguel Sanmartin Fenollera
Excelente, don Miguel. Me gustaría saber más sobre el crítico que habla de cómo se deben leer los poemas. Que Dios lo bendiga.
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